viernes, 22 de febrero de 2013

ALMERIA TIERRA DE PELICULA EN CORTO ... O EN LARGO



El desierto de Tabernas, paisaje fascinantemente áspero y lunar, a treinta escasos kilómetros de la capital, llegaron directores de películas del Oeste y comprobaron que no hacía falta ir a Arizona para rodar un wéstern: en el sur de España, con tiempo agradable y costes infinitamente inferiores, se podía rodar en un escenario verosímil cualquier batalla entre indios y vaqueros. Así, en los sesenta, todo el que quería filmar confortablemente su película se acercó a una provincia aún por descubrir en todos los sentidos. Samuel Bronston abrió la puerta cuando rodó El Cid y, al poco, David Lean aupó el nombre de Almería mediante el rodaje de Lawrence de Arabia. La magistral película que encumbró a Peter OToole comenzó a rodearse en Jordania y continuó en Sevilla, pero fue en el paraje almeriense donde intensificó el trabajo, fundamentalmente en el cabo de Gata y en el Algarrobico. Y tras ella vino Cleopatra y, tras Cleopatra, los italianos, los Sergio Leone y compañía que filmaron a Clint Eastwood cualquiera de sus duras apariciones en el celuloide.





 Pocos saben, por ejemplo, que2001: Una odisea del espacio aprovechó el aspecto lunar de Tabernas para representar la Luna en una de las imágenes que se aprecian desde la ventanilla de la nave espacial. Y no todos recuerdan que aquel gran éxito llamado Patton, nada menos de siete Óscar, fue escenificado en el cabo de Gata y en la misma capital, concretamente en la hoy bellísima plaza de la Catedral, donde metieron tanques y lo que hiciera falta. O que Conan el Bárbaro, con Schwarzenegger al frente, eligió escenarios como la rambla Aguadulce, o la cueva de Roque, o Almerimar. En Almería también se rodó una buena parte de Nunca digas nunca jamás, la última de la serie de James Bond que protagonizó Sean Connery y que tuvo como fondo los palmerales, alguna carretera y la propia Alcazaba. Los seguidores de la serie de filmes de Indiana Jones saben, a buen seguro, que una de esas películas supuso que Steven Spielberg se enamorara de la provincia y declarara que no había conocido mejores parajes para hacer cine. Ocupó media provincia y media capital, desde Aguamarga y Rodalquilar hasta la Escuela de Artes y Oficios. Y Harrison Ford se lució, claro. Como se lucieron todos los grandes actores que llegaron a trabajar en ese lugar en el que la luz tiene otra intensidad: Jack Nicholson, John Lennon, Gene Hackman, Lauren Bacall, Charlton Heston, Anthony Quinn, Richard Burton o un magnífico Omar Shariff, que a sus ochenta años tiene un aspecto sencillamente espectacular y que paseó recientemente por la Plaza Vieja de la ciudad causando asombro y recogiendo afectos. La lista es larga e intensa, como pueden imaginar.





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